Los Superpoderes del Viajero
Viajar nos reinventa la vida y mejora nuestra salud.
Pero, ¿qué ocurre cuando llevas años cruzando fronteras? Algunos viajeros que han comprobado qué sucede al prender fuego a la rutina, al hacer la mochila y comenzar a vivir la incertidumbre del aquí y ahora. No son superhéroes pero, tras vivir cientos de aventuras y desventuras, han desarrollado algunos “superpoderes” que todos llevamos dentro.
Descúbrelos.
INSTINTO
Es una habilidad que ayuda, te hace ser más fuerte y estar más alerta ante los “buscavidas locales que siempre están dispuestos a desplumar al turista confiado” y conseguir completar tu aventura.
El confiar en tu propio instinto ayuda a que no te fies de aquellas personas cuya mirada te hagan sospechar ; que te metas por unos caminos y por otros no, o que por ejemplo, decidas cruzar una frontera y no otra sin motivos aparentes ”.
PACIENCIA
Si eres de los que no aguanta hacer cola o te subes por las paredes con sólo pensar en tus datos móviles y YouTube… relax, viajar te ayudará a desarrollar tu paciencia: será tu mejor aliada cuando te enfrentes a los fregados que te esperan en ruta.
SIMPLIFICACIÓN
Empieza por llevarte en una mochila lo mínimo de lo mínimo; y al final del viaje te darás cuenta de que hay muchas cosas que no has usado…
Cuantas menos lleves, vas a tener menos cosas en las que poner tu atención: tendrás menos preocupaciones si no llevas objetos de valor y así podrás estar pendiente de ti mismo y de lo que te rodea.
HUMILDAD
Salir del circuito turístico nos deja a la intemperie: nos enfrenta a cambios y contrastes constantes, nos vuelve más reflexivos, nos iguala al otro y nos hace más humildes.
ALEGRÍA
Ya lo escribió Mario Benedetti: defender la alegría como una trinchera, un principio, una bandera, un destino, una certeza y un derecho.
Despégate del gris y de esa pose amargada de “persona seria y buen profesional”.
CONCIENCIA
Exponerte a las desigualdades también puede hacer crecer en ti un superpoder que muchas veces es silenciado por excusas: el compromiso.
Lo que nos ha enseñado la vuelta al mundo es a trabajar para intentar cambiar las cosas desde nuestro campo.
Se descubre que hay ciertas cosas que no se pueden controlar pero que lo que sí se puede controlar es la forma en la que nos enfrentamos a ellas.